Aun sin verte fui confiada, sin saber que ya no estabas, me acoja la repulsión de una acción injustificada, arrastrándome con todo sin mediar palabra, te brinde mi afición y te valió fue nada, ostentado una sensatez que sucumbe ante saña, todo fue solo de sueño, palabras que quedan solo en el aire, conversaciones que disgregan como arena en el viento, pero quedaste inerte aun en mi mente, sin merecerlo, solo quedo con la furia de tú cobardía, siendo tú dedo el que prescinde de mi sin tener siquiera oportunidad de nada.
El amor como viene, se va, no consigue nunca donde anclar, Siempre consigue la excusa para sucumbir, sin importar los desastres que deje atrás, las huellas quedan en la arena y a pesar de eso, las olas se las llevan, fraguando el camino al olvido, buscando un nuevo horizonte para emerger, destronado todo lo que en su momento fue. Nada es fehaciente en esta vida, salvo la muerte que nos circunda, y después de allí, ya no hay vuelta atrás… 
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