Vida

Mis ojos lloran sangre sobre la flor blanca que un día me regalaste, fue la ultima vez que sentí el dulce veneno de tus labios, pues a partir de allí de mi vida te ausentaste, mi corazón suplica misericordia, la melancolía me esta acabando, consumiéndome gota a gota, estoy espantada del futuro que me espera, oscuro y lleno de pena, allí veo la tumba de mis esperanzas perdidas y no consigo ver luz en este infierno que me asedia, todos los miedos intento olvidar pero sin ti ya nada es igual, no puedo con el cólera de mi corazón, que lleva la llama de un amor interfecto; los pétalos de la flor blanca yacen destruidos en mis palmas y allí reposaran tus retratos para que no vean en el despojo que os convertíos desde tu partida; las puertas del cielo ya están abiertas, veo la luz que guiará mi pasos y allí encuentro la rosa blanca, deslumbra con un blanco puro y destella el brillo de una vida nueva, todo se ha calmado, las aguas vuelven a sus corrientes pero no todo es igual, mi corazón reencarno y el amor se cristalizo en un iceberg, hoy te veo y no te siento, es como ver una sombra que no enseña su rostro, que solo me asecha en días grises cuando el sol no se asoma.

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