De cabeza

Las noches se vuelven tensas bajo esta tempestad que cubre mi mente cada vez que se escabulle un recuerdo tortuoso que pareciera crucificar mis ganas de seguir adelante, aunque veces tener la intención no es suficiente cuando debes consolidar la idea y apagar la mente antes los recuerdos que se pasean por el ayer, momentos que no emergerá y lo sabemos, pero somos tan vulnerables que nos permitimos sentir en vez de cerrar ciclos, dicen que la mentira se vuelve parte de un vicio tan adictivo que jamás dejaras de mentir, tan mísero que aún sabiendo el daño que hace los sigues haciendo, y de manera tan básica ya que la mente no te da sutileza para disfrazar la verdad, sino que te coloca de manera perfecta para dar en el punto y ser fulminante, y te suceden tanto las misma experiencias  que te vuelves masoquista a seguir intentando lo que tu corazón sabe que ya está perdido, pero no dejamos de luchar con la esperanza que en algún momento todo pudiera ser distinto y por fin valoren tanta idiotez por no tener  control de nuestro carácter. La profundidad de la herida dependerá del tiempo que llevemos amando al dueño de cuchillo.

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