Atavía
Yace un nuevo norte flagelando su interior, la incertidumbre se tornó constante masificando el balbuceo en una sola razón, deslastro un sentir como pocos, donde el deshielo mutilo el corazón; la decrepitud cobro fuerza bregando con fervor, esquela quedo dormida, silente tu esplendor, hoy descorren estas líneas, sugestivas a ti musa del dolor…candescente estrella mía, me colmas de inspiración, sedante de mi agonía mútame con tu amor; ¡Oh! extravagante lucero, vislúmbrame con la finitud que clama tu aparición ,no me azotes con tu indolencia satúrame con tu olor.
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