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Que hermosa esa noche, negra intensamente, estrellada del sur al norte… tu bajo ese cielo, enaltecías el horizonte, tu olor emergía desde el viento atrayéndote desde lejos, pincelando tu silueta a través de los luceros, el sendero nos conduce, nos trasporta, nos seduce… solo ese instante, solo ese momento, somos solo una, eso es porque nos queremos… no existen sombras, todo lo demás sobra, fuimos y seremos todo lo que deseemos… aquí no existen ficciones, ni limites, ni apegos, unimos nuestro frenesí y la lujuria de nuestros cuerpos…

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